La captación y el adoctrinamiento de niños y adolescentes constituyen en nuestro país un fenómeno de dimensiones desconocidas hasta fechas recientes. Entre 2013 y 2017 al menos 36 yihadistas proyectaron sus esfuerzos de movilización sobre personas que no habían superado la mayoría de edad. Sus actividades se vieron condicionadas por un conjunto de factores: la existencia de lazos personales previos entre el reclutador y el menor, la edad de este último y el entorno en el que el proceso se desarrolla. Ello permite elaborar una tipología de las fórmulas empleadas en España en la radicalización y el reclutamiento yihadista de individuos de menos de 18 años: (1) la fórmula intrafamiliar, utilizada con miembros del propio núcleo familiar; (2) la fórmula extrafamiliar en contexto inmediato, aplicada sobre amigos, parejas, vecinos u otros conocidos; y (3) la fórmula extrafamiliar en contexto no inmediato, seguida en la captación de menores con los que se carece de vínculo social preexistente.

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